Hoy he hecho casi 11.000 pasos caminando por la calle. Qué bien me han sentado. A primera hora me entraron dos tasaciones por el centro de Madrid. Son tasaciones de las llamadas "de visita exterior". Hace semanas comuniqué a mi empresa que no quería encargos que me supusieran entrar en viviendas de gente desconocida o compartir ascensor con gente desconocida, que sólo estaba disponible para tasaciones de visita exterior. Este tipo de encargos obligan sólo a desplazarse al edificio, fotografiarlo desde fuera, y volver a casa a realizar el informe. De esta manera, yo puedo caminar por la calle, con mi mascarilla puesta, no me cruzo con casi nadie, no toco nada, y no me expongo al coronavirus. La actividad de los tasadores, que prestan servicio a las entidades bancarias, consideradas actividad esencial, está permitida en estos tiempos de confinamiento.
Me ha ocurrido una anécdota que me ha arrancado una sonrisa. Al pasar por la plaza Tirso de Molina he visto un charco muy goloso. Me he detenido una segundos, pensando si agacharme y hacer una foto, o dejarlo pasar. A mi lado ha pasado una señora que se ha vuelto a mirarme. Yo le he devuelto la mirada, y ella me ha dicho algo. Iba escuchando a Carlos Alsina con mis cascos, así que no he entendido qué me decía, pero he pensado que me estaba regañando por alguna razón. Nada más lejos de la realidad. Al quitarme los cascos, he podido oír claramente cómo me preguntaba: "¿Estás bien?, ¿Te pasa algo? Te has quedado así parado que he pensado que te había dado algo" He sacado la mejor de mis sonrisas y le he contestado: "No, me he quedado simplemente pensando. Estoy perfectamente. Muchas gracias". Hermoso, ¿verdad?
Esta tarde Mafe ha hecho torrijas en casa. Se me había olvidado lo mucho que mancha la cocina hacer torrijas. Os dejo una foto que os pondrá los dientes largos. Yo ya las he catado, y están buenísimas, como siempre. Las ha hecho porque Martina le ha pedido que le haga torrijas. A mí me ha pedido que le haga una tortilla de patatas. Los deseos de Martina, que llega mañana (¡qué ganas de tenerla ya aquí!) son órdenes para nosotros. Me voy a acordar mucho de mis padres, ya que siempre que Mafe hace torrijas, les invitamos a casa a comerlas, y luego se llevan unas cuantas, ya que a mi padre le encantan. Además, le recuerdan a mi abuela, que era una maestra haciéndolas.
Un días más confinados, un día menos para que esto acabe. #YoMeQuedoEnCasa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario