Anyone who knows my work knows perfectly well that I love to shoot reflections, especially reflections on puddles. But what I alsdo love is to watch the city, and its urban life reflected on a puddle and turn the picture upside down, so that it seems as if we entered into a magical world, into a new dimension. So, when I was invited to Haro, I did what I usually do, look for puddles and shoot the reflection captured on it. This time, I could only fond a couple of puddles. I captured the city´s beauty, and my daughter MArtinás beauty. I hope you like them.
El que conozca mi trabajo sabe perfectamente bien que me encanta fotografiar reflejos en charcos. Pero lo que también me encanta es observar la ciudad, y su vida urbana, reflejada en un charco, y girar la foto 180º, de manera que parezca que entramos en un mundo mágico, en una nueva dimensión. De esta manera, cuando fui invitado a Haro, hice lo que normalmente hago, buscar charcos y fotografiar el reflejo capturado en el mismo. Esta vez, sólo pude encontrar dos charcos. Capturé la belleza de la ciudad, y la belleza de mi hija Martina. Espero que os gusten.
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